Imágenes de un Tiempo Pasado, X edición. Mayo 2012

Patricio Pérez Estupiñán, un fotógrafo aficionado a principios del siglo XX en Telde

28 de abril al 30 de mayo de 2012. CDOPIT. La Pardilla – Telde

Por primera vez se expone al público la colección fotográfica de Patricio Pérez Estupiñán, fruto de la colaboración entre las asociaciones culturales Tyldet y El Bloque.

Cartel de la exposición

Es reflejo de una época, de un tiempo captado por el ojo de este fotógrafo aficionado, que sintió la necesidad de registrar con su cámara distintos enfoques de una realidad enriquecida con momentos, sensaciones, recuerdos de su existencia, convertidos hoy en patrimonio de alto valor documental y fotográfico.

Esta exposición ha sido posible gracias a la generosidad de su familia, especialmente de sus nietos Fernando Ojeda Pérez y Eduardo Pérez Padrón, que han conservado el legado de su abuelo y lo han puesto a nuestra disposición para su digitalización y exposición.

Introducción 

El Telde que conocieron nuestros antepasados en el primer tercio del siglo XX, seguía basando su actividad económica en la agricultura, favorecida por la introducción del cultivo del plátano y el tomate orientados a la exportación, controlado por miembros de la burguesía y terratenientes locales, los mismos que dirigían los resortes de la política local e insular fundamentada en el caciquismo. Hubo, no obstante un incipiente tejido comercial, artesanal e industrial, potenciado en parte por el desarrollo del Puerto de La Luz, conformado por tiendas de aceite y vinagre, mercados dominicales, empaquetados de frutas, herrerías, talleres, tiendas de tejidos, farmacias, la Azucarera de San Juan, más conocida como “La Máquina del Azúcar”, que unido a un leve aumento de la población, señalaban una tímida “modernización”.

El ciclo agrícola y los trabajos del campo de cada temporada marcaban el ritmo de la vida cotidiana en una sociedad con profundas desigualdades sociales que se tradujeron en paro, hambre, la obligada emigración y, en definitiva, en una situación de difícil supervivencia y de pobreza extrema.

No existía cobertura de seguridad social alguna y los salarios, cuando los había, no daban para mucho. Servicios básicos como disponer en las casas de agua potable, luz eléctrica o alcantarillado fue impensable hasta avanzado el siglo. Las enfermedades y epidemias hacían estragos, sobre todo, en la población infantil. Con todo, la familia, constituía la unidad productiva y la institución que daba seguridad a sus miembros.

La Iglesia tuvo un peso muy importante en una sociedad mayoritariamente analfabeta y con escasas posibilidades de ascenso social. La vida transcurría en un ámbito reducido y la mayoría de la población no viajaba más allá de los pueblos de las cercanías, a ver a sus familiares o a celebraciones puntuales, a través de caminos tortuosos, mal conservados e incómodos.

Sin embargo, la sociedad no fue estática ante el agravamiento de la situación económica o política. El surgimiento de una clase obrera formada por jornaleros, medianeros, pequeños propietarios y pescadores, operarios industriales, portuarios tanto de la carga blanca como de la negra… reivindicaba mejoras sociales y laborales. En Telde fue conocida en la época la campaña emprendida por El Bloque (Republicanos Federales) para rescatar el agua del Chorro, perteneciente al pueblo y que había pasado a manos privadas, o la revuelta social ante la subida de impuestos de productos básicos (Impuesto de Consumo), que desencadenó una oleada de protestas encabezadas por los miembros del Centro Republicano Federal de Telde. Y se saldó con la explosión de tres cartuchos de dinamita en la casa de veraneo del Alcalde de Telde en Las Salinetas.

A través de esta colección y de las anotaciones recogidas por Patricio en las agendas Bailly-Bailliere y en un diario personal confeccionado a modo de “boletín de noticias”, que tituló  “El Archivo”, se recorre a modo de pinceladas, una parte de la vida fotográfica de su autor, que transcurre entre Ingenio, Las Palmas y Telde a principios del siglo XX. El uso del retrato colectivo o individual, el paisaje, ya sea urbano, rural o natural, y las imágenes relacionadas con el ocio y diversiones, la cultura tradicional, la industria o el comercio nos retrotraen a una forma de vida diferente a la actual.

Biografía

Patricio Pérez Estupiñán nace el 17 de marzo de 1887 en la villa de El Ingenio. Gracias al mecenazgo de una familia puede estudiar hasta los 17 años en el Seminario de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Son estos años de infancia y adolescencia los que forjan una personalidad de inquieta curiosidad por conocer y experimentar, de ahí su amor a la lectura. Más adelante formará una pequeña biblioteca con los libros donados por el farmacéutico Agustín Olózaga, y los que compra a veces incluso de segunda mano. Asimismo se suscribe a algunas revistas y periódicos que va coleccionando y encuaderna él mismo.

En 1904, para aumentar los ingresos de la familia,  se traslada a Telde y comienza a trabajar  en la farmacia de don Agustín Olózaga Martín, como mancebo de botica. Allí toma contacto no sólo con la formulación, presentación y dispensación propia  de medicamentos, sino con la realidad social que le toca vivir, adquiriendo en poco tiempo cierta madurez, gracias a los consejos y experiencia que recibe. Se afilia al Partido Republicano Federal de Franchy y Roca. En este periodo es cuando Patricio Pérez se acerca al mundo de la fotografía de la mano  del hijo del boticario, Antonio Olózaga Belaunde, quien le enseña el arte y la técnica de captar imágenes y al que termina regalando su laboratorio de revelado.

Cuando cuenta con apenas veinte y dos años y, quizás debido a sus conocimientos de farmacia, realiza el Servicio Militar en el cuerpo de Sanidad. Antes había conocido en una boda en Las Palmas, de la que ambos fueron los padrinos, a Juana Moreno Ramos; se casan en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Vegueta el  17 de enero 1911. Tiene el joven matrimonio nueve hijos, de los que tres fallecen al nacer.

Fue Patricio Pérez una persona de profundas convicciones sociales, defensor de la libertad, la justicia social y los derechos de los trabajadores.

En el año 1916 comienza a trabajar como practicante de Farmacia, en la Droguería de Don Vicente Lleó Benlliure, situada en el número 65 de la calle Mayor de Triana. Desde junio de 1929 y hasta su jubilación trabaja en el Juzgado Municipal de Telde.

Muere el 14 de abril de 1966 en la ciudad de Telde.

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Acto de inauguración:

(Reportaje fotográfico de Jesús Ruiz Mesa)

Enlaces a la noticia:

TeldeActualidad. 28/04/2012

TeldeActualidad. 30/04/2012

TeldeActualidad. 30/04/2012. Reportaje Gráfico Jesús Ruiz Mesa

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