CARNAVAL TRADICIONAL

17 de febrero de 2018

No es demasiado conocido por nuestro pueblo que el carnaval es un rito de origen pagano, que viene marcado por el equinoccio de marzo. Simboliza la llegada de la primavera y con ella el renacer de la naturaleza con el comienzo de la siembra y la cosecha. El cristianismo absorbió esta fiesta ancestral y la convirtió en un rito de purificación en el que se representan el Bien y el Mal. En muchas zonas rurales se conserva la celebración tradicional del carnaval, con una teatralización de los mitos primitivos que se repiten de forma similar en muchos lugares de Canarias.

En nuestra cultura popular existen varios carnavales rurales muy conocidos, principalmente en las islas no centrales. Los personajes mitológicos de estos actos han formado parte de nuestro imaginario desde la infancia: Los Buches, Los Carneros de Tigaday, Las Cabras de La Aldea, Los Indianos de Santa Cruz de La Palma, Los Diabletes de Teguise… Una de las características más destacadas es el uso de piel de cabra y oveja, así como sus cuernos y cencerros atados a la cintura, como en el caso de los famosos Carneros de la isla de El Hierro.

Sabemos que en casi toda Europa se repiten las mismas características, escenografías e indumentos. En La Pardilla (Telde) llevamos trabajando sobre este particular desde hace más de quince años, recuperando una antigua tradición desaparecida en los años treinta del siglo XX y que consiste en una vaca-hombre que recorre los caminos, calles y pagos y que es muy parecida a otros personajes existentes en cercanas latitudes.

También tenemos el “carnaval chico o de piñata”, donde las mascaritas toman gran protagonismo en los bailes. Vestidas con ropas heredadas por generaciones anteriores, es usual encontrar a la mujer vestida de hombre con pantalón, chaleco, chaqueta, camisa, sombrero, corbata, las manos envueltas con calcetines viejos y la cara tapada con talegas blancas y recortadas a la altura de los ojos, boca y nariz, o bien un velo; y el hombre vestido de mujer con trajes enteros, faldas, blusas, pañuelos en la cabeza, cholas, calcetines, medias estropeadas, sombrero y, también, la cara cubierta. Es muy común una mascarita vestida al revés, dando la impresión que camina hacia atrás.

Los “Ranchos de máscaras” irrumpen en zaguanes, callejones y casas con su algarabía, pidiendo huevos, naranjas o tortillas de carnaval, antes de llegar al Baile de Piñata, donde despiden la fiesta tras romper la talla de barro con un palo.

Cartel Carnaval Tradicional 2018